Ya tenemos el Certificado de Seguridad Offshore del RYA. Las conclusiones obvias han sido varias:
la primera que Gibraltar esta lejísimos de Madrid ( 7 horas de coche ), la segunda que el sistema de la marina de recreo inglés es mucho mejor que el de nuestro pais y la tercera es que hay que aprender más inglés.
Bueno, pues nos plantamos en La Roca por la noche el viernes, con el tiempo justo de ir al barco, dejar los bártulos y dar un paseo de prospección por la zona, con la gran habilidad de que conseguimos quedarnos sin cenar, pues iban cerrando todo según nos acercábamos a los sitios. En el último sitio, que era el mas cercano al barco, conseguimos al menos unas cervezas… así que a dormir pues el sábado a las 9, se presentaría Dave (el profe) a recogernos. El barco, el ‘SeaWolf’ un Pronavia 38 sueco, en el que se nota que los pies en Suecia son mas grandes que en el resto del mundo, en magnífico estado y con todo el equipo en perfectas condiciones.
Una vez despiertos y caninos, encontramos el maravilloso O’Reillys. Al llegar leimos la primera línea de la carta: Full Irish Breakfast y un tremendo plato con beans, dos huevos fritos, patatas, morcilla, otra cosa y dos salchichas apareció… Y desapareció. Era hora de ir a la clase teórica, donde un socio de dave nos ilustró sobre procedimientos básicos de salvamento… y de ahí, después de picar algo más en el pub del puerto, a la piscina a practicar con la balsa salvavidas (ó liferaft) y los chalecos salvavidas (lifejackets). El agua, a 12 grados centígrados, prometia emociones fuertes. Por si no fuera suficiente, el segundo colega de Dave, dueño de la piscina, colaboraba con una manguera para simular lluvia.. así que ‘todos al agua’, incluyendo un ejemplar gigantesco que ni necesitaba traje de neopreno y que amenazó con hundir la balsa y a todos con ella.
Pues sí, los seres normales, íbamos con neoprenos de diferentes modelos, destacando a Mortimer con su neo-ceñi-preno, que destacaba sus atributos (la tripa básicamente), y que amenazó con estallar en cualquier momento, Cospimer lucía un neo-adolfodominguez-preno, lleno de elegantes arrugas ‘casual’ dando una imagen moderna y dinámica. De hecho era el traje de Mortimer, que se lo había cambiado con objeto de lucir un estilo más ajustado, perfecto para la ocasión. Kyke se habia traido hasta la tartera y lucia un equipo completo, hasta con botas, con objeto de sufrir aun más en la prueba (se sospecha que llevaba unos plomos también). Yo llevaba un elegante dos piezas, de Agatha Ruiz de la Prada, que permitía gran variedad de ajustes y combinaciones… yo opté por un reverso-invertido-del revés, con lo que conseguí clavarme las costuras en los güitos.
Una vez naufragados, helados, pisoteados, volcados y empapados, acabó la prueba y ya fuimos libres para mandar a tomar por culo todo e irnos de farra, porque el domingo, con la parte de navegación prometía. Así que, de vuelta a la frontera. Como siempre el policía nos hizo enseñarle la documentación… solo nos la pidió a nosotros, pero ya estábamos acostumbrados (4 veces que pasamos, 4 veces nos la pidieron distintos policias), no vimos que les pidiesen nada a nadie más asi que debemos tener pinta de sospechosos (de hecho lo somos). La decisión fue inmediata, tres y media de la tarde, a cambiarse y al bar mas cercano.
A continuación paseo por High Street y búsqueda de un sitio para cenar, a Cospimer que estaba con la regla cortada por la piscina de antes, se le antojaba fruta, algo italiano, cualquier cosa que no le recordara el breakfast que todavía le circulaba por dentro. Preguntando seguimos calle arriba, tiendas (todas cerradas), comprar tabaco para Kyke y Mortimer, que como todo el mundo sabe, no fuman. Por fin llegamos al Picadilly Gardens, aparentemente un Pub como otro cualquiera… pero no… era un Pub ¡ANDALUZ!. Sepia, boquerones, pescadilla, pescaito en adobo, atún (exquisito) y cerveza… el Paraíso Terrenal, vaya. De ahí… de vuelta al barco y a sobar… porque se avecinaba el domingo y …la tormenta!