XXX Trofeo Román Bono: Crónica de la Regata (2)

2ª Parte: “A LA PLAYA, OS VOY A LLEVAR A LA PLAYA”

El primer día de la regata amaneció con vientos fuertes. La máxima de 12 nudos prevista para las 10, se habían convertido en 18 y subiendo.

Volvimos a cargar todo el peso “inútil” en el barco y Sindimer y yo respiramos aliviados. Se unió a la tripulación Freddy, al que no afecta el debate de peso útil/inútil porque está más flaco que un piojo de peluca y su única preocupación, viendo la que se nos venía encima, era llenarse los bolsillos con chinas recogidas del pantalán.

 

Zarpamos alrededor de las 10 para probar las velas y ver cómo estaba la mar en el campo de regatas. La tripulación estaba compuesta por Nacho y Diego (los Silent Brothers), Mortimer, Freddy rebosando gravilla por los bolsillos, Sindimer y el que escribe.

Al atravesar la bocana nos dimos cuenta de que íbamos a tener un día de viento, así que echamos un primer rizo a la mayor y pusimos rumbo a la línea de salida.

Estando ya en las proximidades, vinieron rachas bastante duras y vimos la necesidad de echar un segundo rizo. En esas estábamos cuando dieron la salida, y nosotros todavía estábamos colocando el puñetero rizo. La maniobra duró más de lo esperado porque no estaba preparada, así que hubo que desmontar el primero para poder montar el segundo. Total que entre unas cosas y otras, y como viene siendo habitual en Guerrilla Sailing, salimos como el culo. Está visto que salir bien no nos motiva, es mucho más divertido salir los últimos e ir escalando posiciones.

La manga estuvo muy divertida, con vientos que superaban los 30 nudos y que venían de tierra, por lo que había poca ola. Poco a poco alcanzábamos a otros barcos que al rato dejábamos atrás. Con uno de ellos tuvimos un pequeño incidente con otro barco (llamémosle X):

Navegando en la misma amura (amurados a estribor), íbamos ligeramente por delante a sotavento de ellos y había que virar, los dos barcos, para ir a la boya de barlovento. Para los profanos: Los muy cabrones nos cerraban el paso y en vez de centrarse en hacer el recorrido, preferían fastidiarnos aún perjudicándose a ellos mismos.

Nacho abandonó su silencio y les increpó: “Virad ya!” ellos dijeron que sí y comenzaron la maniobra. Nuestra respuesta fue inmediata, empezamos a virar cuando descubrimos que lo que pretendían era hacer un amago y se vinieron contra nosotros. Tuvimos que abortar la maniobra (GRRRR!), pero al poco finalmente viraron y je, je, se cambiaron los papeles.

Guerrilla Sailing posee entre otras virtudes (como la de salir como el culo) la de llevar muy mal los agravios hasta el extremo de preferir perder varias posiciones, antes que dejar por reparar una ofensa. Que somos muy cabezones y no nos gusta que nos toquen lo huevos, vaya. Así que, cerrando el paso a X, nos pasamos de largo la boya dirigiéndonos hacia tierra. Ahora eran ellos los que nos increpaban a nosotros, “virad ya, virad ya”. Nachete ya desmelenao y con los colmillos que le habían salido crecido profirió una frase que quedará para siempre en el recuerdo de esta regata: “A LA PLAYA, OS VOY A LLEVAR A LA PLAYA”.

No os preocupéis amiguitos, que al final nadie acabó en la playa. Sólo le hicimos sufrir un poco, luego viramos y en al momento lo dejamos atrás, muy atrás.

El resto de la regata transcurrió sin incidentes y llegamos a puerto satisfechos y agotados, deseando apretarnos un arroz de los que sólo Mortimer, la wikipedia de los restaurantes, sabe dónde preparan.

(continuará…)

 

 

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